Si tuviera que destacar la pregunta más frecuente que recibo los días lluviosos, sería: “¿Funcionan los paneles solares con el clima que tenemos en el Norte?” Y la respuesta rápida es: “Claro, incluso en días con bruma y feos como hoy.” Sin embargo, para ser justos, la respuesta no es del todo honesta. Lo que habría que explicar, es que el rendimiento del panel baja considerablemente al disminuir la irradiancia solar, pero que, por supuesto, los paneles funcionan. Lo que ocurre, es que la pregunta tiene más fondo de lo que parece. Si el panel deja de ser útil porque no da la energía que necesitamos, ¿de qué nos sirve? Es por este motivo que hay que entender cómo funciona el mercado eléctrico, y cómo se dimensionan las instalaciones solares en el Norte de la Península.
La opción habitual en viviendas y empresas, es estar conectado a la red, y utilizar los paneles solares como complemento para abaratar la factura eléctrica. Esta modalidad resulta especialmente interesante porque los paneles solares dan electricidad cuando el kWh es más costoso (durante las horas de sol y máximo consumo). Pero como se suele decir, hecha la ley, hecha la trampa. Si nos sale un día nublado, el rendimiento de los paneles será tan bajo, que no nos quedará más remedio que utilizar la red eléctrica. Pero no acaban ahí las malas noticias. Si se da el caso opuesto, y no podemos utilizar la energía que generamos al momento (porque estamos fuera de casa por ejemplo), ¿podemos compensar esos kWh que vertimos a la red eléctrica? Lamento informar que, a diferencia de otros países, la normativa vigente en España paga muy mal los excedentes. Pondré un ejemplo. A fecha del presente artículo, los excedentes se pagan aproximadamente a 0,10€/kWh durante todas las horas del día. Sin embargo, comprar energía cuando la necesitamos en horas de sol cuesta entre 0,17€/kWh y 0,26€/kWh (antes de impuestos).

Muchos diréis que me quejo demasiado, que venimos de normativas como el “Impuesto al sol”, y que mejor que te paguen algo por los excedentes, a que no te paguen nada, o incluso peor, que te prohíban poner paneles solares. OK. Es tema para otro debate.
Volvamos a la pregunta inicial: ¿Resulta rentable poner paneles solares en el Norte de España? Muy rentable. Sólo hay que dimensionar adecuadamente la instalación porque la irradiancia solar es menor que en el Sur. Además, al haber días más nublados, es posible que nos merezca la pena poner baterías, y dejar de regalar a la red los kWh que luego podamos aprovechar cuando a nosotros nos convenga. Es cuestión de hacer números. A corto plazo, la instalación se encarece y cuesta más amortizarla, pero sigue mereciendo la pena a 7-9 años vista que es cuando se amortizan. Todo lo que venga después nos saldrá gratis. No saldrá tan rentable, ni se amortizará tan rápido la instalación como saldría en Tenerife, pero podemos ahorrarnos mucho dinero a largo plazo. Si es rentable en Alemania, Polonia, o Noruega, ¿Cómo no va a serlo en Asturias, Galicia o País Vasco? También hay una circunstancia anecdótica pero cierta: Los paneles solares degradan mucho más rápido a temperaturas elevadas. Por tanto, aunque las instalaciones solares de autoconsumo se rentabilizan antes en climas mediterráneos o desérticos, su vida útil y rendimiento se ve menguado a largo plazo. No tenemos ese problema en el Norte. Son inversiones que seguirán rindiendo bien en 25-30 años.
Desde i1Solar somos amantes de la naturaleza, pero entendemos que la verdadera revolución energética sólo puede darse cuando facilitas el ahorro de los ciudadanos. La propia subida de la luz del oligopolio eléctrico a la que nos enfrentamos recurrentemente todos los años, gobierne quien gobierne, hace que cada día resulte más barato generar tu propia energía que comprarla de la red. Los equipos de autoconsumo se abaratan y el recibo de la luz se encarece. Es una dinámica sumamente esperanzadora para el consumidor- productor ya que cada vez tenemos más incentivos a desconectarnos de la red. Es cierto que no todo el mundo tiene espacio para poner los paneles solares que necesita, y que la legislación no es todo lo buena que podría ser, pero, al menos, hay una alternativa económicamente interesante para buena parte de la población.