
Cada vez más personas se animan a comprar vehículos eléctricos. El ahorro en combustible y en mantenimiento es tan importante, que sólo su elevado coste de adquisición, y la escasa disponibilidad de cargadores en los viajes largos, hace que todavía no sean comprados de forma masiva. La reducción de los costes de las baterías, permitirá que aumente el mercado de vehículos eléctricos. Añadir a esto, que las nuevas leyes promovidas desde Europa, harán muy pronto que las gasolineras dispongan de puntos de carga para vehículos eléctricos (electrolineras).
¿Cómo es posible que cualquier español pueda cargar su vehículo eléctrico en casa a menos de 0,05€/kWh, mientras que en los cargadores de las electrolineras actuales ese precio se multiplique incluso por 20?
Porque ese precio implica velocidades de carga más lenta, las cuales no son relevantes para los usuarios, ya que, generalmente, no se usa el vehículo por las noches y se puede aprovechar a cargarlo a un precio muy bueno (de 12 de la noche a 8 de la mañana). Añadir también que es mejor este tipo de carga lenta para que las baterías degraden menos.
Por tanto, mucho ojo con pasarnos de las 8 de la mañana a la hora de cargar. Según la hora de carga los precios se pueden llegar a multiplicar incluso por 5!
Lo que recomendamos es:
1) Programar el cargador para evitar despistes.
2) Programar el inversor para que no reciba carga externa a partir de determinadas horas
3) Recurrir al autoconsumo solar el resto de horas del día
¿Cómo puede hacerse?
Mediante un sistema híbrido. Si durante las horas de sol disponemos de la suficiente energía para los consumos que realizamos, e incluso podemos ahorrar algo para las primeras horas de la noche, podemos nivelar la balanza a nuestro favor. Vendemos los excedentes y sólo pagamos por las horas de carga de madrugada del vehículo eléctrico.
¿Por qué no puedo cargar el vehículo eléctrico con el ahorro generado durante el día en las baterías?
Porque los vehículo eléctricos requieren para funcionar unas baterías enormes. Por ejemplo, una casa unifamiliar promedio sin bomba de calor necesita entre 200 y 400Ah (9,6-20kWh) de baterías para las horas nocturnas y días nublados. Un vehículo eléctrico tope de gama puede requerir más de 100kWh. Simplemente, al precio al que se encuentra hoy en día las baterías de litio, no compensa sobredimensionar tanto la instalación. Además, al precio al que se paga de madrugada el kWh, resulta muy tentador disponer de una conexión a la red aunque sólo sea para que nos sirva de soporte (backup).
En conclusión, si te decides a comprar un vehículo eléctrico, tienes la excusa perfecta para instalar autoconsumo en tu vivienda o empresa. El ahorro que conseguirás con esta fórmula, te hará olvidar el pago del término de potencia y los impuestos correspondientes a tu comercializadora de referencia.
A día de hoy, los vehículos eléctricos son más caros que sus homólogos de combustión. Pero si tenemos en cuenta los descuentos y ayudas públicas a la compra de vehículos 100% eléctricos, la diferencia se reduce mucho.
Se calcula una diferencia estimada de 450€/ año en favor del vehículo eléctrico gracias a que dispone de menos piezas móviles que puedan estropearse, y a la legislación medioambiental en las ciudades que los favorece.
Para un consumo anual de 20.000 km/año en un coche diesel promedio, se calcula un gasto en combustible de 1820€/ año. Por contra, el gasto en electricidad de un coche eléctrico para realizar esos mismos km es de un máximo de 260€/ año y un mínimo de 150€/año dependiendo de las veces que recurramos a supercargadores de pago en las electrolineras.
En estos momentos, la instalación de puntos de carga para vehículos eléctricos en garajes, tiene un coste medio aproximado de 1.200€ (cargador+ mano de obra).
Ahorro estimado en 10 años
Y ahora la pregunta del millón: ¿A partir de cuántos km/año merece la pena comprarse un vehículo eléctrico?. Te lo decimos. A partir de 12.000 km/año empieza a resultar interesante. Sobre todo, si siguen bajando de precio los vehículos eléctricos.